El pasado 14 de noviembre de 2020, se hizo viral un video donde alumnos de la carrera de Contaduría del Instituto Tecnológico de la Paz de Baja California (México), hacían reclamos a su maestra por pedirles que pusieran las fuentes bibliográficas en sus tareas, sin explicarles a qué se refería este término "de la asignatura de Derecho".
En redes sociales, esto acarreó burlas de unos y lamentaciones de otros, al notar que alumnos de nivel superior desconocían el significado del término "fuentes bibliográficas".
Para efectos prácticos, diremos que las fuentes bibliográficas son aquellos documentos (entiéndase libros, artículos de revista y periódico, páginas de internet, artículos de Wikipedia, etc.) que consultamos y de los cuales extraemos información al realizar un trabajo de investigación. Tanto tú, que hiciste esa tarea sobre el campo de estudio de la Geografía y su relación con la vida cotidiana que te dejó tu maestra de preparatoria; como el investigador que redactó un artículo para publicarlo en un revista científica, utilizaron fuentes bibliográficas.
Al ver el video, no dejé de sorprenderme como la mayoría. Creo que estos jóvenes no serán los primeros ni los únicos que desconozcan lo que son las fuentes bibliográficas, y sin justificarlos, ni meterme en críticas del nivel educativo del país, y aún menos con la intención de ofender o criticar la labor de los docentes, puedo pensar que quizá efectivamente nunca se los enseñaron. ¿Qué debieron haber investigado el término? Por supuesto, pero ya vimos que no lo hicieron, y así como ellos, algunos otros se encontrarán en la misma situación: sin iniciativa ni interés de investigar o conocer más de lo que se les enseña en las aulas o lo que ven en internet.
El tema ya está más que discutido y definitivamente cada quien tendrá su opinión, pero lo que quiero compartir aquí, es mi perspectiva como bibliotecaria después de recuperarme de la sorpresa. Reflexioné sobre lo que podíamos hacer como bibliotecarios, dado que nosotros sí que sabemos (o deberíamos saber) lo que son las fuentes bibliográficas; y no sólo eso, también sabemos identificar los datos necesarios para citar la fuente, estilos de citación, y organizar y facilitar la elaboración de bibliografías utilizando gestores de referencias.
Entonces, ¿por qué no vamos más allá de la burla o la lamentación, y aportamos nuestro granito de arena a la educación, ayudando, enseñando, difundiendo y compartiendo con la comunidad estudiantil lo que sabemos?
Fin de la reflexión.
Fuentes:
Camacho, Luz. (16 de noviembre de 2020). ¡Póngales cero! Universitarios no saben qué es fuente bibliográfica. En Info7. Recuperado de https://www.info7.mx/nacional/alumnos-no-saben-que-es-fuente-bibliografica-y-discuten-maestra/v-2961757. Consultado el 21 de noviembre de 2020.
El Universal. (21 de noviembre de 2020). Alumnos reclaman a maestra durante clase virtual; no saben que es una fuente bibliográfica. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=97tQEvx2jVw. Consultado el 21 de noviembre de 2020.
Uchiha, J. (16 de noviembre de 2020). Soy Docente: ALUMNOS “FLOJOS” QUERÍAN EVIDENCIAR A SU MAESTRA Y QUEDAN EN RIDÍCULO. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Wv0-iF2pLVM. Consultado el 21 de noviembre de 2020.
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